jueves, 15 de noviembre de 2007

La Confrontación del yo.

Emmanuel Quiñones Villado
Estudiante de la Lic. en Admon.
La confrontación del yo es un tema que tiene riqueza nata, pensar en la confrontación del yo es pensar internamente en el coeficiente racional e irracional de la acción y filosofía del hombre, esto por simple naturaleza. Alguien en algún tiempo podría pensar tanto en la misma existencia de si mismo y de ahí por esquís razón dijo “hay un Dios” tratando tal vez de explicar la razón de su ser, es decir, encontrar respuestas a lo irrespondible, por mencionar algo. Me fascina la manera en que las personas son capaces de interiorizar en si mismas (aquellas que verdaderamente tienen dicha capacidad) he aquí tantas respuestas de actitudes, razonamientos, errores y aciertos, de amores y desamores, personas que pudieron escribir una opera o crear una danza pensando en esto, grandes piezas de música que interiorizan en lo mas profundo del ser capaces de desarrollar emociones a través de los sentidos, son personas que manipularon esta ciencia para poder vender algo, ya sea cultura, esteriotipo o simplemente frivolidades. Me refiero a el sistema universitario que carente de criterio en cuestión de las exigencias burocráticas, bloquea aquello de lo que muchas veces hace alarde, el libre pensamiento, la libre cátedra, la opción de elegir, del ser escuchado, del ser autónomo.

A este punto quería llegar. Apliquemos todo lo anterior a algo aterrizado y factible, algo que seamos capaces de palpar. En la actualidad la mercadotecnia no solo vende productos, sino crea tendencias y “estilos de vida” pero ¿hasta que punto hemos permitido eso? Ahora creemos que “entre mas tenemos mas valemos” ¿Cuántos jóvenes pueden ahora interiorizar en su persona y crearse criterios verdaderos y únicos (personales, idealismos, tendencias, etc.). ahora nuestras tendencias se han comercializado y nuestro estilo de vida se ha hecho dependiente del consumismo vano y de la burocracia parte de un sistema opresor camuflajeando con la frase absurda de “estilo de vida” ahora la ropa que usas, los amigos que tienes y las películas que ves en el cine, los antros que visitas y tus círculos sociales con los responsables del éxito futuro y la trascendencia idealista ya sea comunista o socialista del joven (aunque ahora es extraño al joven que le interese) y ¿Por qué tal desinterés? ¿Por qué ya no nos apasiona la justicia social y constante batalla contra la opresión del sistema que permite la pobreza extrema? ¿Por qué y de que manera han hecho que la auto corrección y el cuestionamiento de la conducta y la diferenciación entre el bien y el mal ya no se hagan? Ahora las preguntas son otras ¿american eagle o hollister?. El punto es, ¿Cómo el ser humano fue capaz de crear una cultura del consumismo para que esa misma fuese la que lo dominase en sus decisiones cotidianas? ¿Cómo creamos un sistema del cual ahora dependemos? Mismo sistema que ahora crea retrasados mentales incapaces de leer un libro, pero si nos insensibiliza ante las grandes catástrofes y la violencia así como la injusticia e incuso la carencia de educación y la difusión cultural ¿Cuántos asisten ahora al Festival Chihuahua? ¿y sin embargo cuantos asisten a ver una película morbosa o insustentable como “el código da vinci? Por mencionar solo algo. Es decir, de esta misma manera en que hablamos de la publicidad, de cómo un sistema puede controlar nuestra manera de fluctuar nuestra economía, ahora también se aplica en las instituciones que se dicen ser autónomas. Seamos concientes de esto. Así como a los jóvenes poco les interesa la manera en que n simple marketing controla su felicidad o infelicidad, de igual manera un sistema universitario que bloquea la participación de agentes generadores de cultura y conocimiento sociocultural, de personas que abren las mentes de otras y dan luz de aquello que se quiere ocultar, no se puede autodenominar autónoma.

A manera de conclusión y sin afán de sonar socialista, “la indiferencia es el Cáncer de la sociedad actual” necesitamos radiaciones de cultura y arte, de justicia y realismo social, de valores inculcados desde la familia empezando desde el léxico que se nos muestra en casa y la escuela, es decir, “la sabiduría del mundo esta en los libros” vallamos a ellos, vallamos a la fuente del conocimiento, seamos críticos verdaderos de nosotros mismos con responsabilidad. Cambiemos los “cimientos” en que se constituyeron nuestras maneras de pensar, cambiamos las opciones para que no se nos limite con un “si” o con un “no” creemos la conciencia del “quizás” ya que de ahí viene una apertura contundente a la verdadera libre cátedra que un plenario universitario ofrece o dice ofrecer.

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